Hace unos meses informamos sobre las abominables denuncias de acoso sexual que Susan Fowler hizo contra la alta dirección de Uber, un popular servicio de viajes compartidos. Las denuncias se hicieron públicas cuando Fowler decidió publicarlas en su blog personal. Fowler cree que la razón por la que la empresa pasó de tener un 25% de mujeres a solo un 3% (en poco más de un año) fue que el ambiente de trabajo era tóxico, sobre todo para las empleadas.
La publicación del blog de Fowler llevó al CEO Travis Kalanick a contratar a un gran bufete de abogados para poner en marcha la investigación. No sólo investigaron las denuncias de acoso sexual, sino también las de intimidación, discriminación y represalias.
Si Uber no estaba bajo suficiente escrutinio últimamente, un correo electrónico inapropiado de la compañía que el CEO envió a un centenar de empleados en 2013 fue obtenido recientemente y hecho público por Recode. En el correo electrónico, Kalanick daba instrucciones a sus empleados para que no mantuvieran relaciones sexuales con otros empleados durante la salida de la empresa en Miami a menos que: 1/pidieran permiso y ellos dieran un "rotundo SÍ", 2/ambos no trabajaran en la misma "cadena de mando".
¿Confirma esto que el problema de la discriminación de género y el acoso sexual en Silicon Valley está muy extendido?