El gobernador demócrata de California, Jerry Brown, firmó el pasado lunes un proyecto de ley que ampliará la ley estatal de permisos familiares. La ley, que entrará en vigor en 2018, promete ofrecer mejores prestaciones a los trabajadores con bajos ingresos que sean padres primerizos o que cuiden de un familiar enfermo.
Hace quince años, California fue el primer estado de EE.UU. en garantizar a los trabajadores tiempo libre remunerado para cuidar de un recién nacido o un familiar enfermo. El antiguo programa pagaba a los trabajadores (independientemente de su sexo) 55% de su salario durante un máximo de seis semanas. La nueva ley permitirá que los trabajadores que ganan el salario mínimo cobren 70% de su sueldo mientras estén de baja. Los que ganan salarios más altos (hasta $108.000) cobrarán 60% de su salario durante la baja.
Brown, que también fue responsable de la reciente subida del salario mínimo en $15 por hora en California, afirma que la decisión se tomó para compensar la gran desigualdad entre los trabajadores de California: "Estamos intentando compensar la gran desigualdad que no es una abstracción, sino que está hundiendo la vida de mucha gente que vive en California".
Obama abordó la nueva ley en California.Aunque se alegra por los que residen en California, hace notar el hecho de que millones de estadounidenses no tienen acceso a ningún tipo de permiso retribuido. Afirma que otros estados de EE.UU. deberían seguir el ejemplo de California (y de otros países del mundo).
Jimmy Gómez, asambleísta demócrata de Echo Park, dijo que "no es realista esperar que un trabajador que ya vive al 100% de su salario utilice un programa durante 6 semanas a casi la mitad de su sueldo".
Nueva York es uno de los estados en los que otros deberían fijarse. La semana pasada promulgó un proyecto de ley que obliga a las empresas a conceder 12 semanas de baja remunerada a los padres primerizos y a los familiares enfermos. San Francisco, sin embargo, tiene actualmente las mejores prestaciones del país. Exige a las empresas que concedan a los nuevos padres seis semanas de baja remunerada.
Las prestaciones costarán $587 millones anuales y requerirán un aumento de la cantidad que los trabajadores aportan al fondo.
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