Dalia es una mujer joven que siempre había rendido bien en su trabajo. Dalia se quedó embarazada y pidió la baja por embarazo debido a su estado de salud. Se mantuvo en contacto con su empleador en todo momento. Facilitó a su empleador informes médicos en los que constaba que estaba incapacitada porque sufría depresión posparto.
Pero, de la nada, Dalia fue despedida repentina e insensiblemente el día antes de cumplir un año de trabajo. Su empleador pensó que, al despedirla antes de cumplir un año de trabajo, sería libre de despedirla porque no se aplicaría la Ley de Derechos Familiares de California, pero no se dio cuenta de que estaba protegida de su discriminación por otras leyes de California, incluida la Ley de Empleo y Vivienda Justos.
El empleador de Dalia utilizó ilegalmente su embarazo y su estado de salud en su contra, y la despidió para evitar ocuparse de sus necesidades médicas y parentales.
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